La extrusión de aluminio comprende distintas fases, desde la preparación del tocho hasta los tratamientos térmicos y acabados. Una de las operaciones fundamentales para asegurar la calidad dimensional del perfil es el estiraje.
¿Qué es el estiraje?
El estiraje es una operación mecánica que se realiza tras la extrusión y el enfriamiento del perfil de aluminio. Consiste en aplicar una tracción longitudinal sobre el perfil con el fin de:
- Corregir deformaciones geométricas generadas durante la extrusión (curvaturas, torsiones).
- Mejorar la rectitud del perfil.
- Eliminar tensiones internas residuales.
- Ajustar las dimensiones finales dentro de las tolerancias industriales.
Se trata de un proceso estándar en la fabricación industrial de perfiles de aluminio de alta precisión dimensional, especialmente cuando se requiere estabilidad estructural y compatibilidad con procesos posteriores como tratamientos térmicos, mecanizado o acabados superficiales (anodizado o lacado).
¿Cómo se lleva a cabo?
Una vez el perfil extruido alcanza la temperatura ambiente, se fijan ambos extremos del perfil y se aplica una tracción controlada. Esta elongación, variable según geometría y aleación, suele estar en torno a los 100 mm por pieza.
Así, durante el estiraje:
- Se corrigen imperfecciones geométricas generadas durante la extrusión.
- Se redistribuyen las tensiones internas del material.
- Se homogeiniza la uniformidad del comportamiento mecánico del perfil.
¿Por qué es una fase clave?
La función principal del estiraje es garantizar la calidad dimensional del perfil y optimizar su rendimiento posterior. Entre sus beneficios destacan:
Corrección de deformaciones y mejora geométrica
Permite eliminar curvaturas, torsiones o desviaciones que dificultan el corte, embalaje o montaje. Mejora la rectitud del perfil, lo que simplifica la integración en procesos automatizados o estructuras modulares.
Mejora la estabilidad dimensional
La tracción controlada compensa tensiones residuales y corrige pequeñas desviaciones en la sección, reduciendo tolerancias acumuladas. Esto se traduce en perfiles más estables y precisos, especialmente en largos formatos o diseños complejos.
Mejora de propiedades mecánicas
El estiraje incrementa parámetros como el límite elástico, la rigidez y la resistencia a tracción. Es especialmente relevante en aplicaciones estructurales, arquitectónicas o de transporte, donde se requiere fiabilidad mecánica con el menor peso posible.
Optimización de procesos posteriores
Un perfil correctamente estirado:
- Facilita el tratamiento térmico uniforme del perfil de aluminio.
- Garantiza mejores resultados en el anodizado o el lacado.
- Reduce rechazos y reprocesos en líneas de producción automatizadas.
Así, el estiraje de perfiles de aluminio no es solo una etapa de corrección geométrica: es un proceso estratégico que asegura la calidad funcional del perfil, mejora su rendimiento y garantiza su integración fluida en procesos industriales posteriores.